¿Sabías que el éxito en el juego de la vida consiste en saber jugar las fichas que a cada uno le toco? ¡Apréndelo del chico sonriente de la carreta!
Esta semana mi esposa vio una escena que le conmovió: Resulta que había un grupo de universitarios compartiendo con alegría en una esquina del barrio en el que vivimos, cuando dando la vuelta a dicha esquina, apareció un humilde joven de la misma edad pero tirando de una atestada carreta de reciclaje, de esas carretas que la gente de muy escasos recursos usa para recoger cartones y todo tipo de materiales que la gente deja tirados en la calle.
Cuando el chico de la carreta vio al animado grupo conversando y riendo, dice mi esposa que se quedó mirándolos, viendo detenidamente sus ropas, sus zapatos pero esbozando una sonrisa, como de aquellas personas que se divierten cuando un grupo cercano contagia su alegría.
Arriesgándome un poquito a tratar de deducir que pasaba por la mente de este chico, creo que se alegraba genuinamente por ellos, anhelando quizás haber tenido la oportunidad de estudiar en lugar de tener que trabajar de sol a sol a su edad, de poder vestir bien, de oler rico, de tener la posibilidad de divertirse y tener amigos… o quizás deseando algún día tener una vida como la de ellos…
Esta es la realidad de nuestros países, un matiz de desigualdades, con gente que nació con mayores oportunidades como este grupo de universitarios y otros con muchas menos oportunidades como el chico de la carreta, pero al fin y al cabo tanto unos como otros, todos nacimos con oportunidades.
Si tratáramos de visualizar el futuro y nos pusiéramos a pensar donde estarán estos jóvenes universitarios y donde el chico de la carreta en 10 años, honestamente, ¿qué pensarías tú?
Quizás lo que estés pensando es que el grupo de universitarios en el futuro se convertirán en brillantes ejecutivos de compañías multinacionales o quizás empresarios de innovadoras empresas de internet, mientras que nuestro protagonista seguramente seguirá en las calles, si no es que simplemente ya no esté, debido a la dureza de que se vive en las calles de nuestras ciudades.
Y quizás puedas estar pensando esto porque claramente una persona que tenga el chance de pasar por una universidad tiene más oportunidades en la vida que una persona que recicla cartón en las calles y matemáticamente esto puede que sea cierto, pero considero que el juego de la vida no se gana necesariamente por tener más oportunidades, sino como se juega con las oportunidades que tenemos.
Un ejemplo de esta metáfora lo podemos ver en la mayoría de juegos de mesa, sí, en los juegos de mesa, en especial los que usan cartas o fichas de Dominó, donde aleatoriamente cada jugador toma un número determinado de cartas o fichas y esto determina al comienzo del juego que tan “buen juego” tiene cada participante.
Para ganar una partida en cualquiera de estos juegos, no necesitas necesariamente arrancar con buenas cartas o fichas, necesitas simplemente ser inteligente y administrar las pocas o muchas oportunidades que tienes. Por ejemplo, un buen jugador de cartas normalmente no necesita suerte, simplemente la habilidad de administrar las oportunidades o el juego que tiene.
Esto quiere decir que no importa si no naciste en una familia con apellidos o dinero, o si no tuviste las oportunidades que otros si tuvieron para jugar con éxito el juego de la vida. ¿Me hago entender?
Esto significa que en diez años quizás el chico de la carreta pueda llegar ser un gran empresario del reciclaje, no sabemos, mientras que los muchachos universitarios podrían terminar o no la carrera y lo máximo que alcanzarían en el futuro sería un aburrido trabajo de 8 a 5 y muchas deudas por pagar. Todo esto dependerá de cómo jueguen sus fichas comillas “oportunidades” en su vida y construyan un futuro prometedor o no.
Un ejemplo que ilustra este escenario se ha representado en las telenovelas y en algunas películas. Te cuento que de adolescente me encantaba ver telenovelas, pues las de antes, sin ofender, eran en mi opinión mucho mejores que las de ahora. Resulta que en la década de los 90´s en mi país se escribieron y transmitieron dos éxitos sin precedentes en la televisión de mi País: Café con aroma de mujer y Betty la Fea.
Café con aroma de mujer cuenta la historia de una humilde recolectora de café, quien con mucho trabajo se convierte en una alta ejecutiva de la importante compañía Café Export y Betty la fea, que además de provenir de una familia humilde, es bien feíta, pero gracias a su inteligencia y capacidades se convierte en una exitosa ejecutiva de la importante empresa de modas Ecomoda.
Estas dos historias tienen algo en común: recrean la vida de dos mujeres que supieron administrar las oportunidades que la vida les dio y creo que precisamente por eso es que estas producciones fueron tan exitosas: Porque despiertan en quien las ve esa necesidad humana de lograr la realización personal.
En línea con todo esto, quisiera contarte algunos casos de la vida real de gente influyente y famosa que lograron salir de la pobreza y convertirse en lo que son hoy:
El primer caso es de la famosísima presentadora de televisión, actriz, empresaria y filántropa Oprah Winfrey, quien fue anfitriona por más de 25 años del programa el Show de Oprah, el programa de entrevistas más visto en la historia de la televisión.
Pues te cuento que la infancia de Oprah estuvo marcada con la pobreza. Nació de una madre soltera en una pequeña comunidad agrícola del estado de Misissipi, pero fue criada inicialmente por su abuela los primeros 6 años y luego con su madre, tiempo en el cual fue víctima abuso sexual por algunos parientes y amigos de su madre y víctima de un aborto a los 14 años. Debido al difícil entorno en el que vivía, se mudó a Nashville Tenesse a vivir con su padre Vernon Winfrey, un barbero de la localidad.
Allí y sin titularse, logró trabajar para una emisora de radio, mientras estudiaba en la preparatoria empezando a cubrir las noticias locales a los diecinueve años. Su talento natural pero sobretodo su entrega espontánea y emocional la catapultó al programa de entrevistas diurno y de ahí a la televisión y los medios nacionales e internacionales, convirtiéndose con los años en la persona que conocemos hoy.
El segundo caso es el de Howard Shultz, el conocido empresario y político estadounidense de origen Judío famoso por haber sido el CEO de Starbucks.
Howard nació en Brooklyn en el seno de una humilde familia Judía, cuyo sustento provenía de su padre Fred Shultz, un ex soldado del ejército de los Estados Unidos y luego conductor de camiones.
Como eran tan pobres, fueron beneficiarios del programa de vivienda pública administrado por el Estado de Nueva York, pero con empeño, hizo sus estudios de secundaria en la escuela pública Carnasie High School y con un gran esfuerzo económico de sus padres pudo hacer sus estudios universitarios en la universidad pública Northern Michigan University, convirtiéndose ojo: en la primera persona de su familia en ir a una universidad.
Al graduarse, Howard trabajó como vendedor en Xerox donde fue promovido a representante de ventas a tiempo completo. Con el paso de los años, se convirtió en gerente general del fabricante sueco de artículos para cafetería Hammarplast, donde se convirtió en responsable de sus operaciones en los Estados Unidos. Un día, Howard visitó a un cliente, una cafetería llamada Starbucks Coffee Company en Seattle, porque quería saber por qué dicha cafetería había pedido tantos filtros. Pues quedó impresionado con el modelo de negocio de esta cafetería y pudo ver en lo que se podía convertir. Pues resulta que un año después, se unió a Starbucks como Director de Marketing y en adelante sería el principal responsable de convertir a dicha compañía en lo que conocemos hoy.
Y el tercer caso es el del famoso empresario, conferencista y filántropo Chris Gardner, de quien se hizo la famosa película “En busca de la felicidad” protagonizada por Will Smith.
Bueno, pues Chris nació el 09 de Febrero de 1954 en Milwaukee Winsconsin, siendo el segundo de cuatro hermanos.
Su infancia se desarrolló en un entorno difícil debido de una parte a la violencia de su padrastro Freddie quien golpeaba con frecuencia a su madre hasta dejarla casi sin conocimiento, y de otra parte por las repetidas veces que su madre fue a prisión sumado la extrema pobreza en la que vivían.
Aunque Chris no tuvo una figura masculina en casa, uno de sus tíos, llamado Henry, lo inspiró a salir adelante, entonces terminó sus estudios de secundaria y se alistó como miembro del cuerpo médico de la marina, que lo llevó durante algunos años a desenvolverse como asistente en el mundo de la medicina, pero con el tiempo se dio cuenta que no era lo que él quería para su vida.
Para 1981, nace su hijo Christopher y tuvo que tomar varios trabajos como representante de ventas para poder mantenerlo económicamente, hasta cuando conoció a Bob Bridges, el director de una firma comisionista de bolsa quien lo introdujo al mundo de las finanzas. Pues Chris decidió dedicarse a tiempo completo para prepararse como corredor de bolsa consiguiendo un trabajo como aprendiz con un sueldo que apenas le alcanzaba para vivir sólo con su hijo, pues su novia lo había dejado.
Y esta fue la época más difícil que Chris tuvo que vivir, pues a pesar de tener trabajo, su hijo y él vivían desamparados sin hogar mientras ahorraban para alquilar una casa. Como se relata en la película, todo su sueldo se iba en los pañales, el jardín infantil y la comida. Chris cuenta que usaba sólo dos trajes, uno gris y uno azul, que cargaba en una bolsa. Al principio dormían en moteles baratos, pero no se podían dar ese lujo todo el mes. Más adelante dormían en donde pudieran, ya fuera en su oficina, en albergues, parques y hasta baños públicos. Sin embargo, Chris y su hijo recibieron la ayuda de las personas que menos esperaban, como las prostitutas que al verlo empujando el dañado caminador de su hijo, le regalaban a su hijo billetes de cinco dólares.
En su trabajo, Chris se caracterizó siempre por ser el primero en llegar a la oficina y el último en irse, haciendo persistentes llamadas a su base de clientes prospecto. En 1982, aprobó por fin su examen para obtener la licencia de corredor de bolsa y obtuvo empleo en la firma Dean Witter como corredor, con el cual pudo salir a flote de sus extremas necesidades financieras y de ahí saltar con los años a tener su propia firma y convertirse en el exitoso hombre de negocios de hoy.
Estos fueron ejemplos positivos de famosos que lograron triunfar en la vida pese a sus dificultades. Si quieres aprender de lo que no debes hacer, ve al post “Ejemplos financieros de famosos que no debes seguir”.
Para concluir…
Bueno. ¿Y Porque te cuento todo esto? Mira, no sé cuál sea la situación económica por la cual estés pasando. Quizás naciste en una familia humilde, quizás tuviste que heredar la ropa de tus hermanos y tuviste que jugar con el mismo juguete por años o de pronto ni eso, porque tuviste que trabajar desde niño, quizás en tu alacena no hubo más que arroz y fríjoles para comer, quizás creciste y hoy tienes un trabajo modesto porque no pudiste estudiar e ir a la universidad, quizás seas una madre soltera o te sientas impotente porque no le puedes dar a tus hijos lo que otros si pueden y tienes que explicarles cada vez porqué otros niños pueden tener lo que ellos no, o quizás de una forma u otra estés viviendo una situación de marginalidad como la de nuestro protagonista, el chico de la carreta. Si es así, este episodio fue para ti.
Y quiero finalizar diciéndote que hay esperanza. Si la hija de una madre soltera de bajísimos recursos pudo, Si un inmigrante judío miembro de una humilde familia pudo, Si un hombre con un padrastro violento pudo, si miles de héroes anónimos que no salen en los medios y que quizás hasta llegues a conocer pudieron, ¿Por qué no habrías de lograrlo tú también?
¿Y cuál podríamos decir que fue el secreto Oprah, Howard, Chris y otras muchas personas que han logrado salir de la pobreza? Simple. Que aprovecharon las pocas pero valiosísimas oportunidades que Dios puso en sus manos: Salud para trabajar, talentos para usar, intelecto para prepararse y fe para cambiar el rumbo de su vida.
¿Qué será fácil? No. ¿Qué tendrás que esforzarte mucho más que otros? Sí. ¿Qué si quieres prepararte tendrás que trabajar de día, estudiar de noche y como si fuera poco llegar a casa a atender a tu familia y en muchos casos ser papá y mamá porque tus hijos sólo dependen de ti? Sí. ¿Qué para ello deberás madrugar cuando aún es de noche y ser el último en irte a la cama? Si, definitivamente sí.
Y quizás te preguntes porqué te toco vivir la vida que tienes, Porque otros nacieron con todo y tú no y la respuesta a esa pregunta es que no sé, pero lo que sí sé es que salir de la pobreza es una decisión, y como creyente estoy convencido de que Dios nos ha equipado con todo lo necesario para salir adelante. Puedes vivir lamentándote o puedes levantarte y hacer que las cosas pasen.
¿Y sabes qué? No hay nada más satisfactorio y nada que nos llene más que cuando empezamos a tener frutos de lo que tanto trabajo nos ha costado. Apreciamos mucho más la vida y nos sentimos orgullosos de ella, porque las cosas que cuestan saben muchísimo mejor.
Como lo dijo Bill Gates, el fundador de Microsoft “No es responsabilidad tuya nacer pobre, pero morir pobre si lo es”
¿Si el chico de la carreta ha decidido salir a trabajar cada día y ver la vida con esperanza, porque no habrías de hacerlo tú también? ¡Así es que levántate y cambia el rumbo de tu vida!. ¡Haz que las cosas pasen!
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