Me voy a casar… ¿debo hacer capitulaciones? ¡Averígualo aquí, en Consejo Financiero!
Hoy en día, una preocupación frecuente de muchas personas que están a punto de casarse o de convivir, es que va a pasar con el patrimonio que ya tenían o que construirán junto con su pareja, una vez digan SI, ACEPTO y establecer un vínculo conyugal. ¿Por qué?
Porque debido a las altas tasas de separación, que se generan entre otras razones por causa de la inmadurez, la falta de comunicación, el aburrimiento, o las causas más graves como la mala administración del dinero, los vicios, la infidelidad o tristemente el abuso físico o verbal, han llevado a la gente a desconfiar del matrimonio y a pensar en un plan B en caso de que la relación no funcione.
Y este plan B contempla no sólo la separación como tal, sino cómo se va a repartir el dinero y los bienes que cada uno trajo a la sociedad marital.
Debido a esta realidad social nacieron las capitulaciones, un contrato tan antiguo que data desde la monarquía goda, imagínate, donde se establecía por anticipado las condiciones económicas de un matrimonio.
Bueno, pero para no hacer historia acerca de las capitulaciones, te voy a explicar que significan éstas en la actualidad.
¿Que son las capitulaciones?
Ok. Las capitulaciones también conocidas como acuerdo pre nupcial, es un contrato o acuerdo que celebran, ante un notario, los esposos antes de contraer matrimonio, con el fin de cambiar el régimen patrimonial de dicha sociedad conyugal, definiendo las reglas sobre los bienes que ya posee cada uno, los bienes que obtendrán juntos y como se repartirán los mismos en caso de una separación.
En Colombia las capitulaciones se caracterizan por dos cosas: primero por hacerse antes de establecer el vínculo conyugal, a diferencia de otros países como España donde las capitulaciones se pueden hacer durante el matrimonio; y segundo por ser inmodificables e irreversibles, es decir, no se pueden cambiar una vez hechas.
De igual manera, en Colombia, las parejas que tienen una unión marital de hecho, es decir, que no se casan pero deciden convivir pueden también hacer capitulaciones, pero éstas sólo entran en vigencia después de 2 años de conviviencia.
Es importante aclarar que por ley, en nuestro país hay bienes que no deben incluirse en la sociedad conyugal, es decir, no es obligatorio dividirlos por partes iguales entre los miembros de la pareja en caso de separación. Entre estos se encuentran los siguientes activos:
- En primer lugar, están todos los bienes inmuebles adquiridos antes del matrimonio, como por ejemplo casas, apartamentos, fincas o lotes.
- Y en segundo lugar, tampoco entran los bienes inmuebles que se reciban durante el vínculo conyugal a título de donación, herencia o legado. Esto quiere decir que si se recibe una casa como herencia de los padres, no debe incluirse en la sociedad conyugal.
Esto quiere decir que todos aquellos bienes diferentes a los anteriores si entran en la sociedad conyugal y como tal deben repartirse por partes iguales en caso de separación. ¿Cómo cuáles?:
- En primer lugar están los bienes muebles conseguidos antes del matrimonio como son vehículos, ahorros, inversiones en fiducias, portafolios de inversión, joyas, obras de arte, ganado, participación en sociedades, entre otros activos.
- Y en segundo lugar por supuesto, deben incluirse todos aquellos bienes que se construyan durante la sociedad conyugal, sean los que sean.
Las capitulaciones buscan establecer de común acuerdo, las reglas para no incluir en la sociedad conyugal lo que por ley debería incluirse, pero también y esto no es tan conocido, para incluir lo que por ley no es obligatorio incluir. ¿Confundido? Haber, te doy un par de ejemplos:
Supongamos que antes de casarte tienes $30,000 dólares en un portafolio de inversión, que según lo que acabamos de ver, debes incluir en la sociedad conyugal, entonces podrías hacer capitulaciones con tu futuro esposo para excluir estos ahorros de la sociedad conyugal para que en caso de separación no tengas que dividir en partes iguales tus ahorros.
Pero el caso contrario es cuando por ejemplo, tienes un apartamento o un carro que compraste de soltero, los cuales por ley no deberían entrar como un activo dentro de la sociedad conyugal, pero en virtud de la confianza voluntariamente decides firmar capitulaciones para incluir dichos bienes dentro del matrimonio y compartir los mismos por mitad en caso de la terminación de dicho vínculo.
Es importante aclarar que las normas entorno a las capitulaciones pueden variar dependiendo de tu país. Te acabo de contar como es en Colombia y probablemente hayan muchas características comunes en nuestros países. Sin embargo, si quieres profundizar más en este tema, mi recomendación es que consultes con un profesional.
Pero bueno, ahora que entendemos la generalidad de las capitulaciones la pregunta que deberíamos hacernos es ¿Cuándo se recomienda hacerlas?
¿En que casos se recomienda hacerlas?
Bueno, pues los expertos en el tema recomiendan hacer capitulaciones cuando:
- Primero, y esta me parece tan simpática como absurda, cuando no se tiene plena confianza en la duración de la sociedad conyugal, es decir, cuando se tienen dudas acerca de la persona con la cual se planea casarse. ¿Será que hay gente tan tonta para casarse con dudas? Parece que sí.
- En segundo lugar, cuando no se quieren contraer deudas a causa de los malos hábitos del futuro conyugue y no tener que hacerse responsable de ellas en caso de que éste no las pague.
- Tercero y esta me parece muy válida, cuando se quiere evitar afectar una sociedad, empresa o persona jurídica donde uno de los conyugues sea socio de la misma, en donde una eventual separación de éste, le daría automáticamente el 50% de dicha participación al ex conyugue dentro de dicha sociedad, trayendo quizás a un socio indeseable, que pueda traer problemas patrimoniales o de gobernabilidad a la empresa.
- En cuarto lugar cuando una persona se casa por segunda vez y esta tiene un patrimonio del cual dependa hijos o dependientes económicos, que se puedan ver afectados patrimonialmente en caso de una separación.
- Y quinta y última, cuando existen protocolos de familia, que básicamente son acuerdos previos establecidos por familias que tienen un patrimonio grande o pequeño que cuidar y para ello han establecido condiciones exigiendo que sus miembros antes de casarse deben firmar capitulaciones con sus futuros conyugues, para evitar la llegada de oportunistas y de esta manera asegurar la preservación y transferencia de dicho patrimonio a las generaciones venideras.
Mi opinión personal
Bien. Hasta aquí todo lo que gira entorno a las capitulaciones, pero no puedo terminar este episodio sin darte mi opinión.
Como bien lo sabes, soy un convencido de la institución del matrimonio y como creyente creo que el matrimonio es algo hermoso creado por Dios para toda la vida.
Y como tal, creo que para asegurar el éxito del matrimonio se debe elegir bien con quien vamos a compartir el resto de nuestra vida y de esforzarnos en mantenerlo fuerte amando, respetando, perdonando, apoyando, escuchando, dedicando tiempo de calidad a nuestro cónyuge y sobretodo en desarrollar nuestro carácter procurando ser cada día mejores personas, en lugar de pensar en que el matrimonio es una institución riesgosa y poco confiable donde cualquier cosa puede pasar y por ello hay que tener un plan de escape.
Y en este sentido me parece que el verdadero problema del matrimonio y en general de las uniones maritales es que a causa del enamoramiento, no abrimos bien los ojos antes de tomar semejante decisión, ignorando los malos hábitos financieros, los vicios, la inmadurez, los problemas de comunicación, la falta de integridad o la violencia con la que nuestro futuro conyugue o nosotros mismos actuamos o reaccionamos, pues todo esto es lo que conlleva a la inminencia de una futura separación y no a la institución del matrimonio como tal. Mi humilde recomendación es que abras los ojos y si tienes dudas acerca de tu futuro conyugue, o de ti mismo, en lugar de ponerte hacer capitulaciones por favor, mejor ¡no te cases!
No obstante, y como ya lo mencionamos, pienso que hay situaciones excepcionales donde si conviene hacer capitulaciones, como cuando hay protocolos de familia, cuando un miembro de la pareja es socio en una empresa o sociedad comercial o cuando existen patrimonios del cual dependan hijos o familiares dependientes que se puedan ver afectados ante la ruptura de un segundo matrimonio.
Pero cuando una pareja no presenta ninguna de estas circunstancias y aún quiere firmar capitulaciones, me parece que es como si salieran a la cancha pensando por anticipado que van a perder y para eso, pues mejor no dan todo lo que tienen para el equipo, guardando siempre lo mejor para cada uno y poder huir cómodamente cuando las cosas se pongan difíciles.
Hay una historia que me encanta y es la de Alejandro Magno, quien un día arribó con sus hombres llegando en sus barcos a la costa Fenicia y se dio cuenta que el ejército enemigo le triplicaba en número y por causa de ello sus hombres estaban desmotivados y derrotados, ¡antes de la misma batalla!
Pues lo que cuenta la historia es que Alejandro inteligentemente decidió quemar sus naves y reunió a sus hombres y les dijo, que al no tener ya como escapar, por esa misma razón debían dar su mejor esfuerzo en la batalla y vencer o vencer al enemigo, pues ya no tenían un plan B si las cosas se ponían difíciles. ¿Pues qué crees? ¡Pues que a través de estas maniobras Alejandro Magno se convirtió en uno de los conquistadores más importantes del mundo antiguo!
Y te cuento esto porque pienso que a la hora de tomar ojo: cuidadosamente la decisión de casarnos, es hora de quemar las naves, es decir, eliminar todo plan de escape abandonando los temores y desechando entre otras la idea de hacer capitulaciones y todas estas cosas y en cambio, si dar lo mejor de nuestros recursos emocionales y financieros para conquistar esa maravillosa empresa llamada matrimonio.
Mira, no tiene sentido seguir manejando nuestras finanzas personales por separado como cuando éramos solteros, pues si hemos tomado la decisión de compartir el resto de nuestra vida con otra persona, pues compartamos sin restricción también nuestro dinero! Pienso que si entramos seguros y motivados a la cancha, todo nos saldrá bien!
Su quieres escuchar el episodio podcast de este artículo, ve a:
https://soundcloud.com/consejo-financiero/episodio-72-me-voy-a-casar-debo-hacer-capitulaciones
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