¿Que puedes hacer para ayudar a muchas familias pobres en medio de esta crisis por el COVID-19? Averígualo aquí, en Consejo Financiero!
Quiero contarte que la semana pasada mi esposa recibió la llamada de una madre de familia quien en medio de las lágrimas, le confesó con vergüenza que para el otro día no tenían nada para comer, pero que estaría dispuesta atravesar la ciudad para que le regalamos una libra de arroz o fuera lo que fuera le pudiéramos donar.
Esta llamada me hizo reflexionar, pues aunque me encuentro confinado en casa por cuenta de la cuarentena, no me falta nada, a diferencia de muchos Colombianos como esta mujer que la están pasando realmente mal.
Y en una situación como está, podemos tomar dos caminos: Uno, ver las noticias y decir “Pobre gente” y ya, o en cambio decir “¡pobre gente! ¿Que puedo hacer para ayudar? Este es el objetivo de este artículo. Ponerte a pensar y motivarte a darle a mano a estas familias.
Pero antes de sugerirte cómo podrías ayudar a esos Colombianos que lo necesitan, recordemos el contexto de todo esto.
Los efectos de la pandemia por el Covid-19 es un hecho sin precedentes en la historia reciente de la humanidad, debido a los enormes efectos en la salud pública y en la economía global que han puesto en jaque a los gobiernos de todo el mundo. ¿Por qué?
Porque la tasa de contagio del COVID-19 ha sido exponencial, es decir, se ha multiplicado velozmente y aunque marginalmente la tasa de mortalidad es relativamente baja, aproximadamente de un 5% a nivel global, ha ocasionado más de 50,000 víctimas fatales, pues no es lo mismo un 5% de una población pequeña de digamos 1,000 individuos infectados, que el 5% de un millón de individuos infectados, que es a la fecha, la cifra de contagios en el planeta.
https://coronavirus.jhu.edu/map.html
Medidas que han tomado los gobiernos frente al COVID-19
Para hacerle frente a esta pandemia, los gobiernos han optado por tomar una serie de medidas, entre las cuales se encuentran las siguientes:
La primera de ellas fue la cuarentena. Se descubrió que el aislamiento social es un arma efectiva para frenar el covid-19, pues al evitar la interacción humana, se restringe el salto o multiplicación del virus de personas contagiadas a personas saludables. Para ello los gobiernos empezaron a decretar cuarentenas, ordenando a casi toda la población a quedarse en casa, sólo pudiendo salir para abastecerse de alimentos o por casos de fuerza mayor.
Bueno, pues el hecho de que todos nos quedemos en casa genera un efecto colateral en la economía y es prácticamente apagarla, pues aunque muchos trabajos se pueden hacer desde casa, hay muchos otros que no, como por ejemplo los trabajos que genera la economía informal, la industria del turismo, el transporte, los espectáculos, la construcción o el comercio por mencionar sólo algunos.
Debido a ello, la segunda gran medida de los gobiernos ha sido inyectar dinero en sus economías, prestándole entre otras dinero a las empresas para que no quiebren y subsidiando los ingresos de su población, transfiriendo ayudas a sus ciudadanos más vulnerables o que se han quedado sin trabajo por cuenta de esta crisis.
Estas medidas se han llevado a cabo con éxito en países Europeos y más recientemente en los Estados Unidos, donde se acaba de aprobar un paquete de ayudas multimillonario para sortear esta crisis por el COVID-19.
¿Bueno y donde esta el problema de todo esto? El problema es que la pandemia ya ha llegado a Latinoamérica y nuestros países no cuentan con el músculo financiero para hacer lo mismo que en los Estados Unidos o Europa, es decir, subsidiar a toda su población vulnerable y a las personas que se han quedado sin empleo.
En este momento el gobierno de Colombia ya está haciendo una serie de esfuerzos para empezar a transferir ayudas a su población más vulnerable, que aunque sirve, es insuficiente para que una familia pobre pueda suplir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda o salud.
Imagina lo que puede estar viviendo una familia pobre que no tiene ingresos porque viven de la economía informal o porque han perdido su trabajo y no tienen ahorros, pero que tienen que pagar arriendo, servicios públicos, salud y tres o cuatro bocas para alimentar y que para completar no pueden salir a trabajar por cuenta de la pandemia.
Esta es la realidad de nuestros países. Una buena parte de nuestra población es pobre y vive del día a día, son gente que está acorralada en un callejón, amenazados en un extremo por el COVID-19 y por el otro por la escasez y el hambre.
Mira, lo que ves todos los días en el noticiero no se compara con lo que están viviendo en realidad todas estas familias y aunque nuestros gobiernos están haciendo tanto como pueden, no tienen la capacidad fiscal que si tienen los países desarrollados para proveer a todas estas familias, en especial si el tema de la cuarentena por el COVID-19 se alarga aún más.
Hay gente que está acorralada en un callejón, amenazados en un extremo por el Coronavirus y por el otro por la escasez y el hambre.
El reto de las cinco familias
Ahora bien. ¿Por qué te cuento todo esto? Porque en situaciones extremas como la que estamos viviendo, la solidaridad juega un papel importantísimo y ahí es donde entramos tú y yo.
Como lo he mencionado en diferentes artículos y episodios de mi podcast, el dinero tiene cuatro usos básicos: El dinero es para ahorrarlo e invertirlo, El dinero es por supuesto para suplir nuestras necesidades, El dinero es para disfrutarlo y atención: El dinero es para donarlo a personas en situación de necesidad.
En situaciones extremas como la que estamos viviendo, la solidaridad juega un papel importantísimo y ahí es donde entramos tú y yo.
He llamado a este artículo “El reto de las cinco familias”, que consiste simplemente a que elijas cinco familias que conozcas y te comprometas a ayudarlas con dinero o con mercado, es decir con provisiones, durante el tiempo que dure esta pandemia, sean dos, tres o los meses que dure esta coyuntura.
Y quizás estés pensando “Fernando si apenas puedo sostener a mi familia en esta crisis, ¿cómo voy a ser capaz de ayudarle a cinco familias más?
Yo te respondería lo siguiente: Si puedes. Si no puedes hacerlo con cinco, arranca con una o dos familias, que de seguro envidiarían estar en tu situación, familias que ni siquiera tienen para tener un plan de internet o un celular para leer un artículo como éste, oportunidad que tú si tienes. Mira, siempre habrán personas que tendrán más que tú pero sin duda, siempre habrán muchas más personas que tendrán menos que tú y que puedes ayudar.
Mira, en esta coyuntura donar desde pequeñas cantidades de dinero o mercado puede salvar vidas y hacer la diferencia, aunque te encuentres en una situación de estrechez económica, siempre va haber un espacio para ayudarle a alguien más. Esa libra de arroz o esa bolsita de fríjoles que están en tu alacena podrían hacer toda la diferencia.
En esta coyuntura donar desde pequeñas cantidades de dinero o mercado puede salvar vidas y hacer la diferencia.
Y si en tu caso gozas de salud financiera, mira, no dudes en ayudar generosamente a estas cinco o más familias. Te aseguro que es la mejor y más satisfactoria inversión que puedas hacer jamás.
Ahora que estamos en Semana Santa, convendría recordar que hay un principio que está en las escrituras y es que hay mayor bendición en dar que en recibir. No te puedo decir de manera lógica como se hace realidad este principio en la vida de una persona generosa, pero realmente funciona.
Imagina lo siguiente: ¿Qué pasaría si por ejemplo 1,000 personas se sumaran a este reto ayudaran a 5 familias que tuvieran en promedio digamos cuatro miembros? Bueno, ¡pues estaríamos impactando la vida de 20,000 personas! ¡Si se sumaran 2,000, estaríamos ayudando a 40,000 personas! ¿Lo puedes imaginar? Yo si.
¿Bueno y como escoger a estas familias? a continuación te daré algunas pautas que te pueden servir.
Bueno pues en primer lugar, escoge familias que conozcas y que te conste que necesitan de tu ayuda, sea porque son muy pobres o porque se han quedado sin trabajo en esta crisis.
Escoge familias que conozcas y que te conste que necesitan de tu ayuda
¿Y dónde las puedes encontrar? Por doquier. Puede ser tu empleada doméstica, el vigilante de tu cuadra, la persona que vende dulces en la esquina de tu barrio, el anciano que te corta el prado, la persona que sabes lleva meses sin trabajo. Estoy seguro que si miras a tu alrededor, personas para ayudar no te van hacer falta.
En segundo lugar, diles que has decidido ayudarle en este tiempo de necesidad y asegúrate de transferirle el dinero o entregarles el mercado a ellos directamente. Bueno y ¿cuánto darles? Lo que esté en la medida de tus posibilidades (Sin ser tacaño 😉 y si son provisiones, asegúrate de darle cosas que estén en buen estado, sean perecederas o no. Es cierto que estás haciendo una donación, pero dales con la calidad con la que a ti te gustaría recibir. ¿Vale?
Asegúrate de transferirle el dinero o entregarles el mercado a ellos directamente.
En tercer lugar se perseverante. Si la pandemia de COVID-19 dura 2 meses, ayuda durante estos dos meses. Si dura 3, ayuda durante los tres meses, pero no abandones la misión antes de completarla.
Y en cuarto y último lugar, hazlo con amor. No lo hagas porque te sientes obligado o porque yo te lo estoy sugiriendo. No. Hazlo porque de corazón quieres ayudar y estás convencido del tremendo impacto social que esta iniciativa puede tener en medio de esta crisis.
Recuerda la frase que la madre Teresa de Calcuta dijo alguna vez “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”. No te imaginas lo mucho que ayudará si contribuyes con tu solidaridad.
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota” – Madre Teresa de Calcuta –
Bueno pues este es el reto de las cinco familias. Lo dejo en tus manos y espero que te sumes a el y si lo haces, muchísimas, pero muchísimas gracias, a nombre de todas aquellas familias a las que vas ayudar. Si alguna vez está en tus manos cambiar vidas, no dejes pasar la oportunidad de hacerlo.
No sólo tendrás la gratitud de por vida de estas familias, sino el agradecimiento y el favor del que está arriba y te puede ver.
¿Te sumas al reto?
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