¿Sabías que dejarle un legado a tus hijos es más importante que dejarles una herencia material? ¡apréndelo aquí, en Consejo Financiero!
Transferir el patrimonio construido durante toda una vida a la siguiente generación es y siempre será la preocupación de cualquier persona que ha construido un patrimonio y quiere preservarlo, así como también garantizar el futuro financiero de los que mas ama.
Esto es a lo que llamamos dejar una herencia, entendida como el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que los herederos reciben tras la muerte de quien hereda.
Y está muy bien preocuparnos por todo esto, pero hay algo más importante que dejarle a los que más amamos: El Legado.
¿Y que es esto del legado? Hay muchas definiciones al respecto, pero la que quisiera tratar hoy es aquella que dice que el legado son todas aquellas enseñanzas de vida de una persona que permanecen vivas a través del tiempo en sus hijos, nietos y las siguientes generaciones.
El problema es que debido a la prisa con la que andamos, podemos caer en la trampa de invertir la mayoría de nuestro tiempo construyendo una herencia material para los que amamos, en detrimento de construir un legado para ellos.
Se que este es un blog de finanzas personales y que hemos hablado repetidamente en varios episodios acerca de la importancia de hacer un plan para transferir nuestro patrimonio y te podrás estar preguntando bueno Fernando ¿y porque es más importante dejarle a nuestros hijos y a las siguientes generaciones estas enseñanzas de vida que llamamos legado, más que la herencia material de la que tanto nos has hablado?
Bueno, pues porque el legado, es decir, esas enseñanzas de vida que podemos dejarle a nuestros hijos, tienen más poder de impactar poderosamente su vida que las cosas materiales, pues nuestro legado tiene la capacidad de formar en ellos los principios y el carácter necesario para que no sólo sean buenos administradores de lo que les dejemos, sino que además los convierte en buenos administradores de su propia vida.
Un ejemplo de ello puede ser el siguiente: Cuando era niño, mi padre me compró una alcancía en forma de armadillo y me enseño el principio del ahorro, explicándome lo importante que era ahorrar para mi vida y motivándome cada mes a depositar una parte de las monedas que llegaban a mis manos. Cuando crecí y empecé a trabajar, ¿Qué crees?
Bueno, pues lo primero en lo que pensé fue en abrir una cuenta de ahorros y depositar allí tanto como pudiera. ¿Por qué? Porque esa enseñanza de mi padre en la infancia me marcó y se volvió en mi adultez un fuerte principio de vida, que me ha ayudado montones a ser un mejor administrador de mis finanzas personales.
Otro ejemplo de legado puede ser el siguiente: Mi suegro es un hombre realmente especial. Y es un hombre especial porque aunque es un hombre sencillo, es un hombre que siempre se ha caracterizado por ser alguien muy trabajador, cumplidor de su palabra y sobre todo muuuy puntual.
¿Como crees que son mi esposa y mis cuñados? Bueno, pues muy trabajadores, cumplidores estrictos de su palabra y tremendamente puntuales.
Bueno, pues te quiero contar que ser como son, ha representado para mis cuñados y para mi esposa oportunidades laborales y éxito familiar, gracias al legado que mi suegro está dejando en ellos.
Así como las enseñanzas de nuestros padres nos marcaron y formaron en nosotros cosas valiosas, ¿Ves cómo nuestras enseñanzas de vida o legado pueden marcar también a las siguientes generaciones?
¿Conclusión? Que no sólo basta con dejar una herencia, hay que dejar un legado para los que amamos y a las generaciones venideras. ¿Qué te parece si reflexionamos un poco acerca de cómo podemos hacerlo? Empecemos.
¿Cómo dejar un legado?
Bien. Para empezar, quisiera hacerte una pregunta y es la siguiente: ¿Has venido al mundo para ser feliz o para ayudarle a otros a serlo?
En lo personal creo que hemos venido a ambas.
Creo que la vida es para disfrutarla, es decir, para comer, viajar, enamorarnos, disfrutar a nuestro conyugue, familia y amigos, para aprender cosas nuevas, divertirnos, jugar o descansar, entre muchas formas de disfrutarla.
Pero también la vida es contribuir a que otros también la disfruten y tengan una mejor calidad de vida, por ejemplo, a través de lo que hacemos en nuestro trabajo, cuando enseñamos, cuando damos un consejo, cuando damos con generosidad, cuando donamos nuestro tiempo y energías a una causa que apoyamos, cuando le tendemos la mano a alguien que se encuentra en necesidad o cuando le dedicamos tiempo de calidad a nuestra familia.
Bueno, pues el legado hace referencia a esto último: Dar de nosotros para que otros sean felices.
Ahora la gran pregunta de este post es: ¿Cómo podemos construir un legado para nuestros hijos y las próximas generaciones que les ayude a tener una mejor vida y por ende ser felices?
Quiero contarte que investigando acerca del tema, encontré un sinfín de opiniones al respecto y a continuación, quiero darte mi humilde opinión, que libremente puedes tomar o no. Lo importante es que también reflexiones y pienses como puedes dejar un buen legado para los que amas.
Elegir y adoptar los principios de vida correctos.
Bueno, pues lo primero que creo deberíamos hacer a la hora de construir un buen legado es identificar y adoptar los principios con los que queremos vivir nuestra vida.
En el libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” Stephen Covey habla sobre una interesante investigación que hizo sobre 200 años de literatura que hablaba acerca del éxito en la vida, publicada desde 1776 en libros, ensayos y artículos hasta la actualidad y encontró que tristemente, gran parte de la literatura de los últimos 50 años, más precisamente después de la primera guerra mundial hasta el momento de su investigación era absolutamente superficial, obsesionada por la imagen, el consumo frenético, los lujos, las soluciones tipo microondas, las apariencias sociales y en general la enseñanza de falsos principios para alcanzar la felicidad en la vida sin esfuerzo. Hoy en día es fácil ir a una librería y encontrar títulos tales como “Como ser millonario en una semana haciendo esto o aquello” o “10 pasos infalibles para conquistar al amor de tu vida”
En total contraste, Stephen Covey, cuenta que la literatura que encontró anterior a estos últimos 50 años desde 1776 se basaba en principios completamente diferentes a los de hoy: Principios como La integridad, la humildad, la fidelidad, la mesura, el valor, la paciencia, el esfuerzo, la simplicidad o el famoso principio bíblico de “trata a los demás como quisieras te trataran a ti” eran considerados los pilares para una felicidad duradera en la vida.
Creo que el secreto para que los Estados Unidos de América se convirtieran desde el siglo pasado en la nación que conocemos hoy, es haber adoptado los principios de vida correctos, influenciados de gran manera por la cultura Judeo Cristiana traída por los primeros colonizadores europeos a América del Norte, quienes a su vez aprendieron dichos principios de vida a través del movimiento protestante en Europa, en el que la biblia fue puesta al alcance de todos siendo publicada y traducida en diferentes idiomas.
Te cuento todo esto porque creo que los mejores principios de vida están en las escrituras y en lo personal, creo que lo mejor que me ha pasado es adoptar dichos principios a mi vida diaria.
Principios como el de la siembra y la cosecha, el trabajo diligente, la perseverancia, la integridad, el amor por los demás, la importancia de la familia, el dar a los demás, la fe, entre muchos otros, han enriquecido tremendamente mi vida y me han ayudado a ser una mejor persona, consciente de lo mucho que aún puedo mejorar.
No obstante, soy respetuoso de si crees o no en Dios o crees o no en los principios que se enseñan en las escrituras, pero te invito a que reflexiones y decidas bajo que principios de vida eliges vivir, independientemente que estén en la biblia o no.
Si decides hacer este análisis dejando de un lado el aspecto religioso y de fe que te acabo de compartir, afortunadamente hemos sido dotados con inteligencia y sobre todo de conciencia moral, esa voz interior que nos dice si son correctas o no nuestras acciones, con las que podrás discernir que principios son buenos para tu vida y cuales no.
Liderar con el ejemplo.
Una vez hayamos hecho este análisis y nos comprometamos con nosotros mismos a seguir los principios de vida elegidos, lo segundo que creo que debemos hacer para construir un buen legado es incorporarlos en nuestra vida y liderar con el ejemplo.
Está comprobado que los humanos aprendemos mucho más por lo que vemos que por lo que escuchamos, como bien lo dice la popular frase de “Cuando haces me hablas tan fuerte que no escucho lo que dices”
Según La teoría del aprendizaje social planteada por el psicólogo canadiense Albert Bandura, una gran parte de nuestro aprendizaje y por ende de nuestros comportamientos, provienen de lo que observamos que hacen los demás, dándonos los conocimientos, reglas, habilidades, estrategias, creencias y actitudes que modelarán nuestra vida, siendo los padres los que mayor influencia ejercen en este sentido.
Esto quiere decir que las personas que nos rodean, en especial nuestros hijos aprenden más por lo que ven que hacemos que por lo que les decimos que deben hacer.
De nada sirve decir “no pongas los codos sobre la mesa” lávate los dientes” “haz tu cama” “no mires tanta televisión” “no digas mentiras” o cuando ya están más grandes “ahorra” “no te endeudes” “No desperdicies tu dinero” si estas palabras no van acompañadas de actos de nuestra parte. Ellos aprenden por lo que ven que hacemos, no por los discursos o la cantaleta que les podamos dar.
Podemos elegir los principios de vida correctos, pero si no los practicamos, de nada nos servirán a nosotros y mucho menos a nuestros hijos. Si no practicamos, no estamos dejándoles un legado de vida que les sirva.
Algún día tus hijos se irán de casa y se llevarán lo bueno o lo malo que aprendieron de ti. ¿Te gustaría que tus hijos heredaran tus errores y que sufran por ello o por el contrario se vayan con el legado correcto que los harán personas prósperas y felices?
Alguna vez me reuní con una persona que tiene una alta preparación académica y muy buenos ingresos, pero con serios problemas financieros debido a su nivel de vida y su alto endeudamiento.
Siempre acostumbro preguntarle a la gente que me consulta que creen que los llevo a su actual situación financiera. Cuando se lo pregunte, esta persona me dijo con tristeza: mi padre nos enseñó a vivir con lujos y a tener lo mejor, y como vivía enfrascado en su trabajo, no tenía el tiempo necesario para enseñarnos cosas básicas de cómo administrar el dinero, hacer un presupuesto o al menos ahorrar.
Como ves, dar cosas materiales no es suficiente, si no está acompañado de un buen legado. Más que buenos juguetes o ropa fina lo que muchos hijos quizás necesitan es un padre que les de amor, que juegue con ellos, que los escuche y enseñe, que los lleven a la cama a la hora de dormir. En suma que siembre en ellos un legado.
Y creo que muchas de las personas que tienden a consumir de más o a llevar un estilo de vida alto lo hacen porque encuentran en las cosas materiales algo con que llenar sus vacíos emocionales. ¿Te gustaría que eso pasara con tus hijos?
En conclusión, Si quieres dejar un legado, hazlo liderando con el ejemplo. Es la manera más efectiva de poder contribuir a la felicidad de los que más amas.
Para concluir
Hasta aquí lo que considero es lo más importante a la hora construir un legado para nuestros hijos. Definir los principios con los que quiero vivir y liderar con el ejemplo. Nada más.
Y por supuesto, si además les dejas una herencia material, tanto mejor, que si va acompañada de un buen legado de vida basado en principios correctos como la honestidad, la diligencia, la generosidad, la visión, el trabajo duro entre muchos otros, puedes estar seguro de entregar el trabajo de años en buenas manos.
O si por el contrario, no puedes dejarles mucho o quizás no dejarles nada material, si les has dejado un buen legado de vida no te preocupes, ya tienen todo lo que necesitan para prosperar en la vida. La gran mayoría de millonarios y personas de éxito nacieron en el seno de familias pobres, donde recibieron el buen ejemplo de sus padres.
¿Cuál es el legado que quieres dejarle a tus hijos? ¡Decídete y empieza a construirlo desde hoy!
Si quieres escuchar el episodio podcast de este episodio, da clic a continuación:
Deja un comentario