¿Que enseñanza acerca del trabajo hay detrás de esta frase del que trabaja no come paja? ¡Descúbrelo aquí, en Consejo Financiero!
Hace poco escuche una conversación muy interesante con el conocido pastor Guatemalteco Cash luna, donde contaba que un día le había preguntado a un grupo de personas en una conferencia si consideraban que un creyente merecía vivir bien. Todos por supuesto dijeron: “Claro que si, todo creyente merece vivir bien” pero para sorpresa de todos, el Pastor les contestó, No señores, no todos los creyentes merecen vivir bien, Solo aquellos creyentes que trabajan bien merecen vivir bien.
Esto quiere decir que vivir bien es algo que debe ganarse, independiente de que seamos creyentes o no, de hecho, la misma escritura está llena de promesas de bendición para quien las crea, pero con un mandato detrás, es decir, una condición que cumplir para poder alcanzar dicha promesa.
Bueno, pues de eso quiero hablarte en este post, donde reflexionaremos entorno a la prosperidad financiera, como una de esas cosas que todo el mundo desea, pero que no todos están dispuestos a trabajar para ganársela.
El modelo Comunista y capitalista
Muy bien. y para empezar este análisis, quisiera hablar de dos modelos económicos opuestos. El socialismo y el capitalismo.
El socialismo es un modelo económico donde el estado es el dueño absoluto de los medios de producción y el encargado de procurar distribuir la riqueza de forma equitativa entre todos sus ciudadanos, en una sociedad donde no hay clases sociales. Ejemplo de países socialistas son Cuba, China o Corea del Norte.
Y de otra parte está el capitalismo, consistente en un modelo económico que se basa en el aprovechamiento de la propiedad privada como herramienta de producción, donde la distribución de la riqueza se basa en el poder económico que cada quien pueda construir a través de su trabajo y la buena administración de su riqueza personal, que conlleva inevitablemente a la creación de clases sociales. Ejemplo de países capitalistas son por ejemplo los Estados Unidos de América, Alemania o la mayoría de nuestros países.
Bueno y sin entrar en tanto detalle en cada modelo, ¿pues que tiene que ver esto de los modelos económicos con el tema de que quien trabaja bien merece vivir bien?
Pues que cada modelo económico representa una propuesta diferente a la hora de alcanzar la prosperidad financiera. El comunismo dice que el estado es quien tiene que velar por el bienestar de la gente y el capitalismo dice que cada quien es responsable de su bienestar.
Ahora, la pregunta que quisiera hacerte es: tu pensamiento es de corte socialista, es decir, ¿piensas que la responsabilidad de tu bienestar es del estado o de los demás o es de corte capitalista porque piensas que tú eres el responsable de tu bienestar financiero?
Bueno, pues te lo pregunto porque increíblemente conozco personas que aún viviendo en sociedades capitalistas como las nuestras, están convencidas de que su bienestar financiero depende exclusivamente del estado o del favor Dios, sin necesidad de esforzarse ni trabajar para alcanzarlo.
En mi opinión, esa forma de pensar es quizás una de las principales causas de nuestro subdesarrollo, pues una sociedad conformista que se resiste a prosperar a través del esfuerzo individual, difícilmente contribuye a construir naciones más prósperas y la prueba de ello es el crecimiento de tendencias socialistas en nuestros países.
Es común ver a diario la lucha de clases en nuestros países, en la que los pobres envidian y critican la riqueza de los que más tienen y están convencidos de que el socialismo, a través de una ayuda paternalista del estado, es la solución a todos nuestros problemas.
¿Pero sabes qué? Creo que la motivación secreta de muchas de las personas que dicen pensar así, no es realmente buscar una sociedad justa, sino más bien no querer trabajar ni esforzarse para obtener la prosperidad financiera.
Te cuento que hace algunos años tuve la oportunidad de visitar Cuba y al conocer algunas personas de allí, me encontré que el modelo socialista hace que la gente no se sienta motivada a esmerarse en su trabajo, porque independientemente que lo hagan bien o no, pues van a obtener la misma ayuda que les brinda el estado Cubano.
Bueno, pues el problema es que este entorno conformista hace que el Cubano promedio viva apenas con lo básico para su subsistencia, porque esta comprobado que un estado socialista no genera la suficiente riqueza financiera como para distribuirla entre sus ciudadanos.
Bueno, pues esto mismo es lo que pasa cuando pensamos que la prosperidad financiera es algo que el estado o los demás tienen que darnos, transfiriendo una responsabilidad que ojo es nuestra, a los demás.
Por supuesto, el estado tiene un rol importantísimo generando mejores condiciones para que los ciudadanos prosperen, pero el crecimiento individual depende de cada quien.
Pero mira, ¿sabes que? soy un convencido que pese a las dificultades económicas que vivimos en nuestros países, todos, en mayor o menor medida tenemos la posibilidad de alcanzar la prosperidad financiera, simplemente cambiando nuestra mentalidad.
Si queremos vivir bien, la solución no es envidiar a los que más tienen, ni decir que tenemos fe pero no aplicamos con diligencia las enseñanzas de la escritura, ni tampoco votar por un candidato socialista que prometa cincuenta mil subsidios o ayudas del estado, no, la solución es trabajar y esforzarnos para alcanzar esa prosperidad financiera. Es que no hay otro camino legal para lograrlo.
Y el trabajo es la principal fuente de riqueza financiera que todos, independientemente a la clase social que pertenezcamos, tenemos a la mano para prosperar.
Pero Fernando, ¿Cómo voy a trabajar si llevo meses buscando trabajo y no encuentro? Muy fácil, pues si no encuentras trabajo, vuélvete emprendedor, es decir, crea tu propia fuente de ingreso.
Pero Fernando, yo no tengo dinero para montar un negocio ¿entonces que hago? Bueno, pues quiero decirte que no necesitas una millonada para emprender y la prueba son los miles de emprendedores que construyeron empresas partiendo desde un pequeño emprendimiento.
Un ejemplo de ello es Maria Mercedes, una mujer Venezolana que llegó a mi país hace algunos meses y quien es lectora de este sitio web: Consejo Financiero. Bueno, pues resulta que Maria Mercedes un día me escribió y quisiera compartirte un fragmento del mensaje que me puso:
“…Fernando, mi nombre es Maria Mercedes, tengo 5 niños en edades comprendidas entre 12 y 1 año, hace mas de un año salí de Venezuela buscando un mejor futuro y calidad de vida para mis hijos. Emprendí desde febrero en plena pandemia, una panaderia desde mi casa con un horno y una maquina sobadora para la masa, poco material y 9 bandejas de panaderia. Paso a paso me fui comprando más bandejas y cosas que necesitaba a medida que crecia la producción.
Ha sido agotador porque prácticamente he aprendido por ensayo y error. Ya que anteriormente solo me dedicaba al hogar y al cuidado de los niños… ahora no solo hago panes sin mayor conocimiento de panadería sino que estoy aprendiendo todo lo relacionado con administración, cuentas, manejo de personal y demás cosas relacionadas con una empresa, tengo muchas responsabilidades…”
Bueno pues te cuento que Maria Mercedes entro en un programa de capacitación que le recomendé para pequeños empresarios en la Corporación Mundial de la Mujer, donde le están enseñando a hacer empresa, conocimiento que estoy seguro le será muy útil para prosperar financieramente hablando.
Bueno pues así como Maria Mercedes, hoy existen millones de emprendedores que han logrado su prosperidad financiera haciéndose responsables de la misma. ¿Por qué no habrías de lograrlo tú también?
Claro, emprender no es fácil, pero existen muchísimas entidades como la Corporación Mundial de la Mujer en nuestros países que apoyan y capacitan a pequeños empresarios, cuyos costos son muy bajos o hasta gratis. Averigua en tu ciudad y apóyate en estas entidades.
Ahora, si por fortuna tienes un trabajo que te da apenas para vivir o simplemente aspiras a vivir mejor, ¿Qué estas esperando? Tú también puedes emprender, pero aún con mayor facilidad que lo que les ha tocado a emprendedores como Maria Mercedes, quienes han empezado prácticamente de ceros.
Para concluir.
Muy bien. Hasta aquí hemos visto que la prosperidad financiera depende exclusivamente de nosotros y que si queremos vivir bien, pues debemos trabajar bien.
Quisiera finalizar este post contándote una historia. Imagínate que vivo en un barrio de Bogotá donde comprar víveres es relativamente caro, pero si atraviesas la avenida y pasas al otro lado te encuentras con un bullicioso barrio popular que se llama Rionegro. Rionegro es uno de esos barrios de clase media llenos de talleres, restaurantes, salones de belleza y pequeñas tiendas de abarrotes, donde todo es muy bueno y barato. Pues a mi me encanta ir en el carro a comprar allá.
Bueno pues resulta que uno de esos tantos días que fui allí, me encontré con una de esas humildes personas que supuestamente le cuidan a uno el carro. Entonces se lo dejé encargado y cuando regresé me ayudo con bastante amabilidad a guardar mis compras en el Baúl.
Imaginate que cuando me subí al carro y busque algunas monedas para darle su propina, no encontré ninguna, entonces le dije que si tenia cambio de un billete que tenía ¿y que crees? Me dijo que claro, que me daba cambio sin problema, llevándose la mano a un canguro repleto de monedas y le dije ¡Woow, pero el negocio va bien! y me respondió con la frase que lleva como título este episodio: “Si señor, es que el que trabaja no come paja” le di el billete, me entregó mi cambio y me ayudo deteniendo el tráfico para que yo pudiera salir.
Bueno, pues me quede pensando en lo simpático de su frase pero sobre todo en las implicaciones de la misma y me di cuenta de que si, que el que trabaja, sin importar su clase social, ni los índices de desempleo del país ni las dificultades socio económicas que vivamos , no come paja, es decir vive bien, dentro de sus posibilidades. ¿Por qué? Porque la prosperidad financiera es un tema de mentalidad.
Entonces, si un hombre como ese puede tener construir prosperidad financiera a través de un trabajo tan humilde, ¿cómo no vamos a poder hacerlo nosotros también quizás con mayor educación, oportunidades y recursos financieros que ese hombre?
La prosperidad financiera no depende del gobierno ni de los demás. ¡Depende de nuestro propio esfuerzo y lo creas o no, en respuesta a nuestra diligencia, ahí si Dios multiplicará el fruto de nuestro trabajo!
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