¿Alguna vez has pasado por una vitrina y has tenido un amor a primera vista? ¿fué necesidad o deseo? ¡averigua como manejarlo aquí en Consejo Financiero!
Esta es una escena de la película “loca por las compras” que cuenta la vida de Rebecca Blombood, una adicta por las compras quien al pasar por una vitrina se enamora de una pañoleta verde exhibida en un maniquí, quien termina hablándole y convenciéndola de comprarse la dichosa pañoleta.
Esta escena me encanta, porque refleja la lucha interior que todos experimentamos cuando nos encontramos ante la tentación de comprar un producto o servicio, llámese unas botas, una consola, un celular con la super cámara o un vestido con el cual te verías espectacular.
Y es precisamente en ese momento, cuando nuestras emociones y nuestra razón entran en conflicto. Tus emociones pueden decirte cosas como el maniquí a Rebecca:
“Lo necesitas, pues le darás una mejor impresión a tu jefe, te hará ver más esbelta, lograrás ascender en tu carrera y las mil y un razones que se te ocurran, mientras que tu aburrida razón te puede decir “No lo necesitas, pues tienes tres vestidos iguales en tu ropero, es un gasto que no has presupuestado, no puedes darte ese gusto, como se te ocurre gastarte ese dineral”
He traído este tema para ayudarte a resolver este dilema cuando se te vuelva a presentar, entendiendo claramente la diferencia entre necesitar o desear.
Diferencia entre necesidad y deseo
Bien empecemos definiendo que es Necesidad. Las necesidades son todas aquellas cosas que necesitas para vivir, como por ejemplo, vestido, vivienda, comida, transporte, salud o acceso a servicios públicos. En otras palabras, son todas aquellas cosas que obligatoriamente debes tener para poder llevar una vida normal. Todo lo que esté por encima de esto deja de ser necesario y pasan a ser deseos.
Los deseos son todas aquellas cosas que si no las tienes, igual puedes seguir llevando esa vida normal, como comprarte un set de maquillaje de marca, un reloj que marque tus pulsaciones mientras caminas o ese nuevo par de zapatos de plataforma con el cual te verás más moderna.
Bueno. pues resulta que cuando te encuentras en esa situación al frente de ese parlante inteligente en descuento o esas maravillosas gafas de sol, ocurre en tu interior como ya te lo decía, una batalla campal entre tu razón y tus emociones, que termina casi siempre ganando estás últimas, debido a la reacción orgánica que se genera en tu cuerpo. ¿De que estoy hablando? De la Dopamina y la Serotonina.
Cuando estamos ante una tentación de compra se activa algo que se llama el circuito de la recompensa, un proceso cerebral que nos hace sentir bien cuando logramos un objetivo, el cual es activado por la Dopamina, una hormona o neurotransmisor que hace que repitamos en dicho proceso, atención, conductas que nos proporcionen beneficios y sobre todo placer, la cual activa a su vez la Serotonina, otro neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el cual hace que cuando compremos, sintamos felicidad.
Por eso es que cuando estamos frente al dilema de si necesitamos o realmente deseamos un producto o servicio no podemos pensar con claridad, tomando al final decisiones conforme a nuestras emociones y no con nuestra razón, terminando comprando cosas que no necesitamos.
Ahora bien. ¿Qué podemos hacer para que esto no nos siga sucediendo o prevenirlo?
Recomendaciones
Bueno, pues en primer lugar te aconsejaría respirar hondo, calmarte y hacerte la siguiente pregunta cuando estés en tentación y es: ¿Mi vida podría continuar normalmente si dejo de comprar esto? Si tu respuesta es positiva, es algo que deseas, en caso contrario si es algo que realmente necesitas.
Si lo que quieres comprarte es una de esas lindas chaquetas de invierno, pero vives en una región donde no hay estaciones, claramente no es una necesidad, es un deseo.
Mira, si hay algo valioso en la vida es ser sinceros con nosotros mismos. No hay nada de malo con desear o querer darse gusto con las cosas, razón por la cual no tiene sentido engañarnos a nosotros mismos y disfrazar un gusto que queremos darnos como si fuera una necesidad.
Una vez hayas sido honesto contigo mismo y hayas establecido si lo que quieres comprar es un deseo o una necesidad, si tienes la posibilidad de adquirir eso que realmente necesitas, cómpratelo y si es un deseo, pregúntate si antes de darte ese gusto no hay alguna otra cosa que necesites comprar primero. Te lo voy a explicar con un ejemplo.
Resulta que hace unos días tenía un bono de regalo para gastármelo en diferentes comercios, entre los cuales habían tiendas de ropa y productos electrónicos entre otros.
Te confieso que tengo una especial debilidad por los productos de tecnología y cuando mi esposa me preguntó que quería comprarme con ese bono, vino a mi mente comprarme un nuevo parlante de sonido de alta definición, adicional a los dos que ya tenemos en casa.
Mi esposa muy sabiamente me preguntó: ¿Para que quieres otro parlante si ya tenemos dos en casa?
Bueno, pues esa pregunta me hizo reflexionar y darme cuenta que ese dichoso parlante no era más que un deseo caprichoso, lo cual hizo bajar mis niveles de Dopamina. 🙁
Y me dijo los siguiente:
“mira, antes de comprarte ese parlante o cualquier otro gadget, Mejor cómprate unos zapatos negros, que esos si que te están haciendo falta, porque los que tienes están horribles”.
La verdad es que en el momento me sentí regañado, pero me dí cuenta que mi esposa tenía toda la razón y aunque tenía la posibilidad de comprarme mi capricho, no tenía sentido hacerlo sin antes comprarme lo que verdaderamente necesitaba. Así es que nos fuimos esa tarde a comprarme mis zapatos nuevos para reemplazar mis zapatos viejos ya bastante usados.
Pues te cuento que al final me sobró plata ¿y que crees? Termine dándome un gustico tecnológico mucho menos caro, comprándome unos audífonos bluetoth que reemplazarían los ya dañados audífonos alámbricos para hablar por celular, escuchar música y por supuesto disfrutar mis podcast favoritos. 😉
Hay una regla que tenemos con mi esposa y es la siguiente: consultarnos todas las intenciones de consumo que tengamos, sea necesidad o deseo. Bien lo dice el conocido refrán: Dos cerebros piensan mejor que uno. Y es verdad. como ves, esta regla me ayudó a pensar mejor y tomar mejores decisiones de compra, logrando satisfacer una necesidad y un deseo. :O
En resumen: Antes de tomar una decisión de compra, pregúntate si lo que quieres comprar es un deseo o una necesidad. Si es una necesidad, adelante, cómpratelo, si es un deseo, primero analiza si no hay una necesidad que debas suplir antes, como el colegio de los niños, la cuota de la hipoteca, pagar una deuda o el ahorro mensual que tienes programado hacer.
Comprar de esta manera lo puedes hacer siempre y cuando atención: tengas el dinero disponible para hacerlo, no con préstamos ni con tarjeta de crédito, así sean cosas que realmente necesites. Tener una necesidad no justifica endeudarse, para ello es que debes hacer un presupuesto, para darle prioridad a lo que realmente necesitas para vivir. Recuerda: Las compras de consumo se hacen siempre de contado, no a crédito.
Para concluir.
Paria ir cerrando este post, quisiera concluir con lo siguiente: En otros episodios de mi podcast hemos visto los usos que le podemos dar al dinero: El dinero es para ahorrarlo e invertirlo, El dinero es para suplir nuestras necesidades y por supuesto, el dinero es para disfrutarlo. Aquí es donde podemos darle cabida a nuestros deseos.
Esto significa que comprarte un par de zapatos adicional, irte con tu esposa a buen restaurante, comprarte unos jeans rotos de esos de marca o hacerte una rinoplastia, 😉 son deseos validos que puedes darte, siempre y cuando hagas un presupuesto, no tengas deudas y hayas cumplido con todas tus obligaciones y metas financieras primero.
Después de esto, ¡Date los gustos que te dé la gana, pues te has ganado el derecho de hacerlo! No hay nada más rico que disfrutar del fruto de nuestro trabajo, teniendo orden en nuestras finanzas personales!
Si quieres escuchar el episodio podcast de este episodio, da clic a continuación:
Deja un comentario