¿Te alcanzas a imaginar la plata que nos hemos ahorrado en esta cuarentena? Descúbrelo aquí y haz cuentas, en Consejo Financiero!
Esta cuarentena será recordada por muchos de nosotros como un tiempo de incertidumbre, para otros quizás como un tiempo de desesperante encierro y para muchos espero, como una temporada en en la que compartimos más tiempo en familia, jugando, cocinando y viendo juntos cientos de películas.
Pero hay otra cosa por la que también espero recordemos este tiempo y es por toda la plata que nos ahorramos en esta cuarentena.
Cosas vitales como el transporte, la gasolina, los parqueaderos, los almuerzos en el trabajo, el maquillaje, la lavandería, la ruta escolar, la peluquería, o esas valiosas señoras que nos ayudan con el quehacer de la casa, son importantes rubros en los que hemos ahorrado.
También hemos ahorrado en otras digamos poco comunes como la Keratina para las chicas, la suela de los zapatos, comprar ropa, el mantenimiento de los vehículos, los regalos de cumpleaños y aún obtener descuentos sobre descuentos…jejeje
y también hemos ahorrado en lo que se denomina el gasto discrecional, entendido como ese gasto en productos y servicios no esenciales para nuestra vida, que satisfacen deseos, caprichos, que nos dan más comodidad o nos hacen sentir mejor, la plata en cosas como irnos de shopping, el entretenimiento, la vida social, ir a restaurantes caros, viajar, asistir a conciertos o al cine, ir al Spa o simplemente el heladito de los fines de semana.
El caso es que esta cuarentena nos ha obligado a vivir de manera frugal, entendido el concepto de frugalidad como la cualidad de ser prudente, ahorrativo y económico en el uso de los recursos evitando el desperdicio, el derroche o la extravagancia.
Y es increíble ver como hoy en día la gente ya no se gasta la plata en bobadas, sino que hay por primera vez una consciencia colectiva de la importancia de manejar el dinero responsablemente.
Bueno pues he traído este tema precisamente para que reflexionemos de como esta cuarentena ha logrado cambiar nuestros hábitos financieros y que lecciones nos deja de cara al futuro.
Dos formas de cambiar
Muy bien. La primera reflexión financiera que nos deja esta cuarentena es que hay dos maneras en la que los seres humanos cambiamos comportamientos. Una de ellas es la forma proactiva y voluntaria. La otra es a la fuerza.
La forma proactiva y voluntaria es cuando nos anticipamos a las cosas sin necesidad de recibir un estímulo externo y decidimos aprender algo nuevo, adaptarnos o a cambiar un comportamiento. En otras palabras es cuando decidimos efectuar un cambio en nuestra vida sin tener un dolor manifiesto que nos obligue a hacerlo.
Y la otra forma de aprender es a la fuerza, que como imaginarás es todo lo contrario, donde nuestro cambio tiene como principal motivador el dolor, que es lo que realmente nos obliga a cambiar.
Todos sabemos que hacer ejercicio es bueno para la salud. Todos sabemos la importancia de dedicar tiempo a nuestra familia para mantenerla fuerte y unida. Todos sabemos la importancia del aprendizaje continuo en nuestra profesión para mantenernos vigentes. Todos sabemos la importancia de todo esto pero tendemos a “fresqueamos” y al final no hacer nada, hasta que llega un problema cardiaco por causa de nuestro sedentarismo, llega la crisis familiar debido a nuestra ausencia o perdemos nuestro trabajo porque nuestros conocimientos se han vuelto obsoletos.
Entonces ahí si cambiamos porque llega un dolor agudo, un dolor que no nos deja respirar y entonces ahí si empezamos a ejercitarnos y a comer saludablemente, empezamos a devolverle el tiempo a nuestra familia intentando rescatar las relaciones rotas con nuestro conyugue o nuestros hijos o ahí si nos pellizcamos y nos preocupamos por adquirir los conocimientos que nos permitan volver a la cancha del escenario laboral.
Bueno, pues eso precisamente es lo que ha hecho esta cuarentena y este tiempo de incertidumbre económica y financiera en nuestras finanzas personales, haciéndonos cambiar a la fuerza nuestros hábitos financieros, quizás un cambio que nuestro bolsillo estaba pidiendo a gritos, pues probablemente estábamos gastando por encima de nuestras posibilidades y a expensas de nuestro futuro.
Ahora bien. Tengo una buena y una mala noticia para ti. ¿Cuál quieres primero? Haber, haber… vamos con la buena primero.
Bueno, pues la buena noticia es que todo esto pasará, y si, seguramente quedará como una de las crisis económicas y financieras más profundas de la historia, pero al final nos sobrepondremos de ella tarde o temprano, dependiendo de cómo evolucione la pandemia y cómo reaccionen las economías de los países.
¿Pero sabes cual es la mala? que una nueva crisis financiera llegará, quizás no en forma de pandemia, pero si en forma de crisis política, económica, una reorganización donde trabajes y sabrá Dios que otra cosa nos depare el futuro, sin contar con las crisis personales que también puedan llegar.
¿Bueno y por qué te cuento todo esto? Para que aprendamos quizás la lección financiera más importante de este tiempo de confinamiento, y es la imperiosa necesidad de administrar sabiamente nuestro dinero, no sólo en tiempos de crisis, sino en especial en tiempos de estabilidad y de abundancia financiera, si, así como lo oyes.
Y esto me recuerda la famosa historia del José de la biblia, quien interpretó el sueño del Faraón quien vió como en su sueño las siete vacas flacas se comían las siete vacas gordas, sueño cuyo propósito era advertirle al Faraón que debía ahorrar una quinta parte de su producción durante los siete años de abundancia que vendrían, para solventar los siete años de escasez que seguirían después.
Bueno, pues esta sana práctica financiera, que de hecho ha sido inspiración para las finanzas públicas modernas, es la misma que deberíamos implementar en nuestras finanzas personales y es:
Ahorrar en tiempos de vacas gordas para afrontar con éxito los tiempos de vacas flacas, teniendo un sano equilibrio atención: entre consumo y ahorro, donde se consuma responsablemente a la vez que se ahorra abundantemente.
Gastar plata con moderación
Ahora bien. Teniendo en cuenta este concepto de equilibrio entre consumo y ahorro que no es más que gastar con moderación hoy pero guardando para mañana, podemos llegar a la segunda reflexión financiera de este episodio y es que si podemos gastar responsablemente, generando ese valioso espacio para el ahorro, que de hecho es lo que hemos venido haciendo todos estos meses de pandemia.
Y fíjate en algo: En estos meses no has perdido un ojo o una pierna por dejar de gastar plata en ir de shopping o bajarle a la vida social. No. Nada ha pasado con tener que cocinar en casa o hacer tú mismo el quehacer. Así como tu vida finalmente no se acabó por hacerte tu misma las uñas o cepillarte el pelo.
¿Esto significa entonces que ya no podemos salir a viajar, comer en buenos restaurantes, vestir bien o darnos nuestros gustos? No, es simplemente bajarle al consumo, continuando siendo creativos como lo hemos venido siendo en esta cuarentena y en lugar de volver a salir por ejemplo, todos los fines de semana a comer o al centro comercial, ¿que tal combinarlo con un buen plan de cocinar en casa y ver pelis en familia una o dos veces al mes?
Si se puede ahorrar Plata
Y esto nos lleva a la tercera reflexión y es que si continuamos gastando responsablemente, si tendremos dinero para ahorrar sin tener que perder una pierna o un brazo, que es lo que piensan aquellos que ven el ahorro como algo imposible.
Y para demostrarte que si se puede, hagamos el siguiente ejercicio: para empezar, intentemos calcular cuanta plata te has ahorrado en esta cuarentena en lo que respecta sólo al gasto discrecional, ese gasto que te contaba en un principio consistente en esos productos y servicios no esenciales para nuestra vida, que satisfacen nuestros deseos y caprichos, como irnos de shopping, salidas a comer, turistear y todo lo que conlleva la vida social, entre otros gastos. ¿vale?
Bueno, pues según algunos estudios, este gasto discrecional estaba constituyendo antes de la cuarentena un 30% de nuestros ingresos mensuales, una buena cantidad de dinero como lo veremos a continuación:
Hagamos cuentas: supongamos que te ganas digamos unos $1,500 dólares mensuales. Si lo que te venías gastando en este tipo de rubros fuera efectivamente el 30% significa que te has ahorrado cada mes de cuarentena $450 dólares, que multiplicado por cinco meses que ya llevamos en estas, lo ahorrado por este concepto debería sumarte unos $2,250 dólares. ¿buena plata, no?
Ahora bien, ¿Qué pasaría si en condiciones normales de no cuarentena, le bajaras a ese gasto discrecional haciendo un poquito menos de vida social o te compraras menos antojos, y te ahorraras un 15% de ese 30% que te venías gastando?
Bueno, pues si te ahorraras el 15% de tus ingresos, que para efectos del ejemplo, vendrían siendo $225 dólares mensuales y los pusieras en un fondo que te rentara el 8% anual, que por cierto, no es una rentabilidad descabellada, al cabo de un año ya tendrías ahorrados $2,815 y que si te propusieras ahorrarlos a un plazo de digamos 5 años, lograrías construir un capital de $16,518 dólares, ¡imagínate! por tan sólo salir a viajar un poco menos o quedarte un fin de semana en casa, ahorro con el cual perfectamente, al menos en Colombia, te servirían perfectamente para tener la cuota inicial para comprarte un apartamento promedio y/o tener un fondo de emergencia robusto para afrontar con éxito la siguiente crisis financiera.
Claro, todo depende de tu situación en particular, pero hay algo contundente que nos ha dejado saber esta pandemia y es que sin importar cual sea nuestro nivel de ingresos, todos podemos ahorrar vía disminuyendo ese gasto discrecional y aún haciendo algunos pequeños recortes en gastos esenciales, como en vivienda, alimentación y otros rubros. Tal como lo hemos venido haciendo en esta crisis.
En este ejemplo te dije que puedes ahorrar el 15% de tus ingresos mensuales, pero podría ser mucho más, ¿que tal ahorrarte un 30% o un 40% de tus ingresos? Mira, lo único que necesitas es trabajar juicioso para generar ingresos, ponerle orden a tu dinero y salir cuanto antes de deudas.
Bueno ¿y cuál sería la mejor manera de ahorrar plata? muy simple. Abriendo un buen fondo de inversión, una fiducia o cualquier otro producto financiero donde ahorres e inviertas y autorizar para que te descuenten de tu cuenta bancaria todos los meses ese 15%, 30% o 40% de ahorro, para evitar caer en la tentación… y si, para obligarte a ahorrar… como lo dice Sofía Macías en su libro “Pequeño Cerdo Capitalista” “¡Quítamelo que me lo gasto!”
Ahorrar de esta manera te da la disciplina para generar un sólido hábito de ahorro y llegar a ese sano equilibrio de gasto responsable y ahorro abundante de plata.
Para Concluir
Bueno muy bien, hasta aquí hemos visto las tres grandes reflexiones de esta cuarentena:
En primer lugar que ésta nos ha hecho cambiar a la fuerza nuestros hábitos financieros, obligándonos a gastar menos en cosas superfluas para generar esa valiosa capacidad de ahorro, fundamental para afrontar con éxito tiempos de crisis.
En segundo lugar que en adelante, no nos va a pasar nada si le bajamos un poco a esos gastos discrecionales o superfluos, todo lo contrario, nos permitirá seguir disfrutando de nuestra plata en el presente pero sin desatender el futuro.
Y en tercer lugar que sin importar nuestro nivel de ingresos, todos podemos ahorrar plata y la prueba de ello es que lo hemos venido haciendo en esta cuarentena y que de una u otra forma, este ahorro es lo que nos está ayudando a salir de esta crisis financiera, hábito que de mantenerse, nos puede llevar en un futuro a no sólo estar preparados para afrontar con éxito otra nueva crisis, sino también a construir la riqueza suficiente que nos dé estabilidad financiera, sin importar que suceda en el entorno económico o social.
Si has logrado vivir gastando mucha menos plata en este tiempo siendo creativo cocinando en casa, regresando a los juegos de mesa y viendo películas en familia, ¿Por qué no habrías de seguir haciéndolo en el futuro?
Recuerda la enseñanza entre consumo y ahorro que nos deja la historia del Jose de la biblia y el sueño del faraón con sus siete vacas gordas y flacas y es: construir un equilibrio de consumo responsable en el presente pero simultáneamente ahorrando para el futuro, que quien sabe, pudo ser fundamental para que la civilización Egipcia no desapareciera de la faz de la tierra.
Ahora que termine esta cuarentena, ¿Qué decisiones de consumo y de ahorro de plata vas a tomar? Quizás la supervivencia financiera de tu familia esté en juego.
Así es que ¡haz que todo lo que viviste en esta cuarentena valga la pena, aprendiendo la lección de construir un sano equilibrio entre consumo y ahorro de tu plata y por favor, no volviendo a tus viejos hábitos financieros!
Si quieres escuchar el episodio podcast de este artículo, da clic a continuación:
Deja un comentario